1º) La doctrina sobre la Realeza de Nuestro Señor Jesucristo
Al principio del Año litúrgico encontramos ya una fiesta del Reinado de Cristo: la Epifanía.
Jesús acababa de nacer y se manifestaba a los reyes de Oriente y al pueblo de Israel como el Señor que tiene en su mano el reino, el poder y el imperio.
Acogimos
a este Salvador, que venía a reinar sobre nosotros; y con los Magos le
ofrecimos nuestros presentes, reconociéndolo y confesándolo como Rey.
Entonces,
¿por qué quiere la Iglesia que, al fin del año, celebremos una nueva
fiesta del Reinado de Cristo, de su Reinado social y universal?
En
la Epifanía aceptamos y proclamamos la naturaleza de este Reinado, así
como la dignidad de Dios que poseía el Niño recién nacido.
Entonces
cantamos el acercamiento de la gentilidad a la fe en la persona de los
Magos que vinieron allá del Oriente a adorar al Rey de los Judíos.